martes, 15 de febrero de 2011

Breves apuntes sobre la tragedia en Friedrich Nietzsche (Parte II)

Antes que nos adentremos con todo en lo que es el primer libro publicado por el autor en cuestión, debemos resaltar aspectos contextuales de importancia no menos. Es por esta razón que esta segunda parte irá orientada a aclarar razonamientos entre-cruzados, por el joven y el viejo Nietzsche, así cómo también consideraciones publicadas en el prólogo añadido varios años después de la publicación del nacimiento de la tragedia.
Dicho libro se iría a llamar "El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música", no obstante su título final, con el cual fue publicada era El nacimiento de la tragedia ó Gracia y el pesimismo". El título primario fue rechazado por estar excesivamente orientado a generar un preludio para la música wagneriana, no como música propiamente tal, sino mas bien cómo orientación hacia-. El título, finalmente rechazado, revela no obstante varios asuntos que serán de importancia vital en la obra tal cual fue terminada. Ya que el hecho de que no fuera óptimo como título, no quita el hecho de que aun así sea revelador sobre variados asuntos de contenido. Es así como tenemos entonces un título, el verdadero, referido al pesimismo Griego y el nacimiento de la tragedia, y otro, el que nunca fue, con un énfasis centrado en el nacimiento de la tragedia en un contexto menos general, y mas específico referido a la construcción de su argumento. Dicho argumento, que repasaremos en detalle mas adelante esta evidentemente centrado en el teatro y la música griega. En dicha música se reflejan las actitudes helénicas frente a lo divino, y grafícan por lo tanto la madurez, o no, del pueblo griego.
En primer lugar cabe mencionar algo mencionado en el prólogo de Sánchez Pascual, al mencionar el punto -mas allá- al cual Nietzsche alguna vez ha ido. Dicho punto es muy criticado por el propio Nietzsche tanto en el prólogo a "el nacimiento de la tragedia" cómo en las recapitulaciones de Ecce Homo. Nietzsche expresa aquí, en reiteradas ocasiones la idea, cuasi budista, de -el Uno- o -el Todo-. Resulta evidentemente que estás ideas y muchas otras vienen cargadas con lo que Nietzsche identificará de tras fuentes diferentes que lo ciegan (prólogo nietzscheano a ENDLT p. 29). En primer lugar encontramos la referencia a un dios desconocido, seguramente ligado a la idea de el Uno y el Todo. En segundo lugar dirá que se encontrará "bajo la capucha del docto", lo cual es evidentemente una referencia a Schopenhauer. En tercer lugar procederá a hablar de estar bajo "una pesadez y desabrimiento dialéctico del alemán", y en último lugar se referirá a los "malos modales wagnerianos". Se ha echado luz por lo tanto sobre un asunto con el cual Nietzsche será especialmente duro consigo mismo, y dichas acusaciones son obviamente para purgar estos factores de su obra y su pensar.
En una parte del prologo nietzscheano a su obra, resalta la relación del griego con el dolor. Y es en dicho contexto donde el autor destaca la relación de lo social con lo optimista o lo pesimista. Lo interesante es que para Nietzsche la época de optimismo de los griegos (podríamos decir con una preponderancia apolínea) coincidiría con una época de debilidad social, de declive social. Al contrario de dicha situación la época pesimista de los griegos coincide con un tiempo de fuerza social helénica. En una parte se menciona a Alejandro (Magno) y el daño producido por él al intentar socavar lo helénico, produciendo mezclas culturales; empero volveré sobre aquello en otro escrito.
Destaca por sobre otras cosas, además la referencia de Nietzsche al invento del concepto de lo dionisiaco así como él lo invita a entender. De todas maneras la invención dice relación con un intento por oponer un concepto o término especifico a la doctrina moral por excelencia, el Cristianismo. Dicha idea busca encarnar en una palabra la idea del anticristo cuyo desarrollo final acontecería solamente muchos años después (véase F. Nietzsche - El Anticristo). La intuición era correcta, pues iría a comprender a la moral como signo de decadencia, y mas tarde la convertiría en su objeto de estudio post-zarathustra.
Cabe finalmente destacar que Nietzsche solamente intuía, y años mas tarde lo iría a escribir de ese mismo modo, el hecho de haber descubierto en lo dionisiaco, el pensamiento trágico. La fórmula suprema de afirmación de la vida, contrario a todo instinto degenerativo y optimista.
(fin parte II)