domingo, 21 de junio de 2009
Viejo debate irresoluto
De nuevo ese viejo debate entre post-estructuralistas y metafisicos. Sobre el limite de la percepcion. El mundo material, la realidad sensible. Si uno quiere ver el lado trascendental
del debate, se trata de comprender si el alma, esta o no limitada al cuerpo. Podemos también preguntarnos si acaso existe esa abstraccion conceptual de "mi adentro", el capitan que maneja su barco. Diferenciando cerebro, lugar donde surge el pensamiento, con alma que, como dice su significado fundamental es lo que anima la matera.
La materia animada posee alma entonces segun algunas concepciones metafisicas y religiosas de la realidad, ya que hacen referencia o basan su argumentacion en especies de trasmundos. Un mundo detrás de otro. La dicotomía real significaria entender algo que es mucho mas dificil de asumir como ser vivo. Ya que se es para morir.
Es en el transito del nacimiento hacia el momento del fallecimiento del ser, donde construimos y abstraemos el mundo hacia lo que creemos puede encajar con, y aqui el punto importante, lo que pueda encajar con nuestra experiencia. El camino se hace al andar. Nos hacemos afuera. El afuera, nos hace asi como nosotros lo manejamos en medida de que lo realizamos como tal. El entorno inanimado que me importa, por que yo me encuentro en él.
El problema o la diferencia radica en el analisis de lo que pueda ser o no un trasmundo. En los cuales todas las religiones del mundo tienen por punto comun el basar su argumento deificante en algo que no es realizable en este mundo que es fenomeno desde el cual escribo. La vida. La existencia. El paso hacia la nada.
Las religiones trabajan aun con la dualidad en la concepcion del ser con la materia y el anima, por separado, es decir, como señalaba al principio, muerto el cuerpo, no muere el alma. El alma trasciende. Aquello que trasciende es evidentemente el toque de dios.
Y sin embargo está filosoficamente resuelto con los planteamientos existencialistas, ya que permean con analisis objetivo un argumento que ve a la dualidad como un factor que trasciende.
Y quizas la idea es precisamente hacerse estas preguntas. O evolucionar. O involucionar. O nada. O todo. O lo que sea. Es.
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