Lo viejo y lo nuevo: Es curiosa la relación que existe entre lo viejo y lo nuevo; Nuestra interpretación de aquello, esta estereotipada bajo las concepciones cambiantes de lo viejo. Debemos distinguir entre dos concepciones distintas. En primer lugar aquella relacionada indefectiblemente con una variable temporal afirmada de la concepción sintáctica de lo contemporáneo. En otras palabras, asumiendo que existe algo así como una constante contemporaneidad, que sin embargo es constante no en cuanto que -siempre igual- sino mas bien en cuanto que -cambio constante-, es también la concepción de lo viejo y lo nuevo un concepto en cambio constante, variable según nuestra posición en la contemporaneidad. En segundo lugar encontraremos una concepción de lo viejo relacionada mas bien con un tipo de ideal. Una especie de idealización en el presente. Es decir encontraremos por un lado el tiempo, real, en su pasado, de lo viejo, y en segundo lugar lo viejo idealizado en la contemporaneidad. Curiosamente la relación entre estos conceptos, y su uso lingüístico-social son mucho mas complejas de lo que podríamos haber intuido en un primer momento. Así nos encontramos que mas allá de la primera variable, que es aquella relacionado con lo realmente viejo (es decir una bala, que efectivamente es de hace cincuenta años, de una campo de batalla de la segunda gran guerra), en el campo de la idealización contemporánea, es decir en la intervención de la contemporaneidad en la construcción ideal de la concepción de lo viejo, encontramos precisamente las construcciones mas extrañas e ilusionadoras de lo viejo.
Ocurre entonces que por ejemplo un dueño de un pub inglés, intentando hacer lucir viejo aquel lugar, es decir lograr evocar la viejedad en aquellos que lo frecuentan, hará intervenciones de acuerdo a un sentido en común que tenemos todos de lo viejo. Ahora, obviamente no es que lo viejo, lo sea en verdad en sí mismo, es únicamente una adecuación a la concepción, marcada por este sentido común. Siguiendo la misma línea encontraremos que esto viejo, en la época de la cual fue evocada, no estaba marcado bajo ninguna manera como algo que lucía viejo. Mas bien lucía nuevo.
De la misma forma encontramos que existen por ejemplo, marcas de cerveza, tales como a Paulaner, desde hace mas de quinientos años, que buscando explotar ésta condición de ventaja que tienen por sobre las demás cervezas, hacen lucir antiguo, lo que bajo ciertas concepciones en verdad tiene derecho o fundamento para lucir antiguo, lo hace también a través de su novedad. Una novedad antigua. Esto empieza a sonar paradójico; pero superando estas paradoja cortas y sin importancia fundamental para nuestro análisis llegaremos a conclusiones satisfactorias. Obviamente lo nuevo y lo viejo son construcciones de la contemporaneidad, y en su condición de tal no pueden evitar la idealización. Lo cual no nos debe hacer olvidar que existe efectivamente un continuum, el cual indefectiblemente hará lucir viejo lo nuevo, para que después podamos poner lo viejo como novedad, en un pub inglés por ejemplo.