Para leer a Nietzsche existen probablemente tantas maneras de generar
una aproximación como seres dispuestos a leerlo. Mi primer encuentro con la
lectura del filósofo alemán se produjo vía La
genealogía de la moral que me abrió una serie de interrogantes que
principalmente hacen referencia a la crítica de la moral occidental cristiana
que en este libro particular pareciera verse exacerbada. Tales cómo ¿qué
significa que la compasión sea rechazada y acusada de resentida? ¿Cómo se ha
recogido la genealogía que Nietzsche propone, por otros autores tales cómo
Freud, Adorno, Foucault y Derrida entre muchos otros? Las conexiones comenzaban
a develar nuevos horizontes y nuevas conexiones.
Mi segundo encuentro, aun impuesto y/o casual se dio
en forma de una aproximación a Sobre
verdad y mentira en sentido extra-moral, un texto breve que busca
establecer y aproximarse a la categoría de verdad y se aproxima a la
posibilidad de pensar la verdad y la mentira en un sentido extra o fuera de la
moral. Quizás una aproximación interesante al en sí de algunas cosas. El
contraste fue generado unas semanas después con la lectura de Humano, demasiado Humano II, un libro
escrito de principio a fin en
aforismos, muchos de los cuales abarcan un espectro amplio de la filosofía, la
mayoría de ellas orientadas a enrielar estudios de la moral (recordemos que La genealogía de la moral es el gran
libro de estudios de la moral en el cual desembocan sus antecesores Humano, demasiado humano I, Humano, demasiado humano II y Aurora).
El tercer encuentro fue ya producto de la
contradicción que se había producido en mi mente a causa de lo complejo de las
diferentes sub-temáticas tratadas. Fue entonces cuando creí que era tiempo de
buscar respuestas en Así habló
Zarathustra. Un libro escrito con parangones poéticos, repleto de metáforas
que parecieran apuntar desde otro ángulo a objetivos similares a los de La
genealogía de la moral. De hecho se ha especulado que aquí Nietzsche usa dos
formas, dos métodos completamente diferentes para apuntar a un trasfondo
similar; la decadencia y el resentimiento de los valores morales en el devenir
del mundo.
No obstante todos los acercamientos hasta ese momento,
el más importante fue aquél que me llevó a los comienzos del filósofo, a la
época del joven Nietzsche. La obra angular del joven Nietzsche es sin ninguna
duda El nacimiento de la tragedia,
que en su origen llevaba el título de El
nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música. Existen dos elementos
que hay que considerar en relación con este texto. La primera es que existía
aun en estos años una estrecha relación entre Wagner y Nietzsche. Richard
Wagner y Friedrich Nietzsche se irán a distanciar personal e ideológicamente a
partir del momento en el cual Wagner pareciera abrazar a apolo, a San Pedro y a
la Iglesia, y por sobre todo a la creencia en la metafísica resentida; Nietzsche
recorre el camino opuesto. Esto hace que podamos vernos confrontados con ideas
que parecen extrañas si las contrastamos con el Nietzsche en mediana edad o más
aun con el Nietzsche tardío. Lo segundo que habría que señalar en este punto es
que aquí surge un parámetro en forma de contraposición que Nietzsche irá a
extrapolar posteriormente a otros ámbitos morales. Germina aquí un rescate de
la contraposición presocrática entre Apolo y Dionisio, destacando así la
búsqueda de un resurgimiento de lo que representa el Dios griego Dionisio en el
espíritu de la música, el teatro y el arte. Apolo era gloria, ideal y luz.
Dionisio en cambio era caos, instinto y oscuridad. Esta especie de arquetipo
pareciera reproducirse y expandirse a ámbitos insospechados: la memoria y el
olvido, humanidad y animalidad, cultura y civilización, la compasión y la
donación, la moral de los nobles y la moral del esclavo entre muchos otros.
Lo que sigue es conocido, las consideraciones
intempestivas, La gaya ciencia, Ecce Homo y El anticristo. Bajo mi mirada leyendo a Nietzsche comienza con El nacimiento de la tragedia en el espíritu
de la música porque facilita el entendimiento de la evolución de su
pensamiento filosófico-moral, que él mismo experimentó, en la vida que lo llevó
a nuestra estantería y a la locura.