jueves, 20 de febrero de 2014

El Albertío

Parte I

Sigamos con nuestro acercamiento a este disco. Acordémonos que éste es su último disco, que compone con la ayuda de Alberto Zapicán. Es sabido que Alberto fue la persona externa a su familia que mas cerca estuvo de Violeta en sus dos últimos años de vida, y que incluso la habría salvado en sus variados intentos por quitarse la vida. La real cercanía nos parece vedada, y en esta canción veremos destellos diversos que se pueden interpretar, tal como lo persigue la poesía, de infinitas maneras. 

Por ello esto es solamente mi particular visión de la canción, considerando el marco que he pretendido darle mediante los artículos anteriores. Esta canción juega con alusiones al amor en general, y a sus amores en particular. Se identifican a lo largo de las estrofas la relatora, que es Violeta sola en el canto (a pesar que la canción se llama "el Albertío" en referencia a Alberto Z.) y dos personas que son referidas por la misma, a saber, una ex pareja, y una actual (que puede ser ubicada en el espacio entre amigo íntimo hasta pareja) que sería Alberto.

La canción comienza con referencias que hace Violeta a ciertas personas que efectivamente aparentan mucho (sombreros con tanta cinta) pero que parecieran ser huecas, vacías, o bien "no tienen cabeza". Quizás la siguiente estrofa es una manera de mostrar un contrapeso con la critica que ella lanza en la primera, por que la respuesta a la pregunta que ella misma plantea aquí ("¿Adónde va el buey que no are?") es al matadero o a la faena. Por lo tanto es la necesidad de aparentar lo que ella reconoce. En la tercera estrofa ella describe el mismo fenómeno ahora resumido, parafraseado algo así cómo que efectivamente en este mundo vale más ser limpio de sentimientos, y dado esto hay muchas personas que aparentan estar limpios pero "¡Dios me libre! ...por dentro". La cuarta estrofa pareciera en mi particular visión estar refiriéndose a su antiguo amor que es para nosotros desconocido. "Yo te di mi corazón, devuélvemelo (...)" que vos no lo merecíai; algo por el estilo. Luego se nos aparece otro elemento que vamos a ver reiterado varias veces, y este es el hecho de que Violeta de alguna manera esta describiendo (explícita- e implícitamente y por antonomasia) virtudes de la pareja (o el hombre) ideal referidos a este específico ámbito: "Hay que medir el silencio, hay que medir las palabras, sin quedarse ni pasarse (...)" de la raya.

La siguiente estrofa es algo controvertida y se ofrecen dos tesis las cuales no distan mucho una de la otra, la diferencia radica en que en una de ellas Peiro es Pedro Messone y en la otra solamente una referencia a San Pedro (dada la posterior referencia al cielo). Si la segunda fuera cierta no quitaría el hecho de que esta parte de la cancion tiene sin lugar a dudas una referencia hacia un tipo de pareja/hombre/ex de Violeta.

"Yo suspiro por un Peiro (...)" hace referencia al nombre Pedro, que en Chile se le denomina(ba) Peiro y este sería nadie mas que Pedro Messone, quien bajo acusaciones sin fundamento o prueba habría sido una pareja de Violeta en algún momento. Bajo esta lógica Pedro sería el desconocido antiguo amor que hace referencia esta canción como una especie de anti-modelo de pareja (o hombre). Bajo esta lógica, esta persona que es falsa como vimos en las anteriores estrofas, promete a su pareja todo el cielo ya que le entrega la llave de todo lo celestial. Lo negativo sigue, ya que Violeta nos indica que esta llave, la cual le es entregada no tiene cerradura, por lo tanto es una apariencia de llave, y el cielo prometido es solamente ilusión (habla desde la des-ilusión) y por lo tanto el amor antiguo referido aquí es falso porque solamente aparenta. Cabe agregar que Violeta, muy incisiva nos indica que la llave que le es entregada por el tal Peiro (por quién ella suspira) no es la llave del cielo, si no del tacho de la basura. 









viernes, 14 de febrero de 2014

I n t e r m e z z o


Quiero dejar un extracto que considero clave en muchos aspectos, y que nos lleva de manera breve a través de otro vórtice, un cuanto diferente del de la gran Violeta. No obstante, no por ello son temas que están exentos de conexión. Se podría pensar en ese Chile con su profundo vacío en materias de cultura y derechos ciudadanos, y su incapacidad para acoger a Violeta como un punto de unión de dos fenómenos en los que el proyecto político social, denominado Chile, falló. Quizás podamos poner, algún día, de relieve el respeto por sobre el desprecio, la diferenciación y la discriminación social.  Intermission:

Extracto de "Chile lo hizo", Página 12, suplemento SOY:
"La muerte de Daniel Zamudio es expresión de una violencia institucionalizada que no sólo afecta a las minorías sexuales sino a quienes resultan diferentes para el poder (mapuches, mujeres, anarquistas, homosexuales, trans, lesbianas... y una larga lista). Chile, en temas valóricos, se ha destacado por su retraso y conservadurismo. Fue uno de los últimos países en tener ley de divorcio en el mundo y recién hoy se debate por la posibilidad despenalizar el aborto terapéutico, “que en Chile es ilegal”. La penalización fue realizada por la dictadura de Pinochet al final de su mandato: medidas agonizantes para dejar amarrados diferentes temas clave. La muerte de Daniel Zamudio ha impactado por su brutalidad pero, de acuerdo con el contexto reciente, da cuenta de la indiferencia y apatía de la clase política por avanzar en temas espinosos. Su revuelo responde a una maduración política de la sociedad civil, que cada vez con más fuerza enfrenta los poderes institucionalizados; el movimiento estudiantil es un ejemplo de ello y también las revueltas en Aysen, en el sur del país."

Fuente: http://www.pagina12.com.ar/diario/suplementos/soy/subnotas/2379-223-2012-04-06.html

lunes, 10 de febrero de 2014

Gracias por nada (o gracias por lo obvio), Parte II

Las siguientes estrofas pueden llegar a ser mas aclaratorias. La tercera estrofa hace referencia a las gracias que da Violeta a "la marcha de mis pies cansados", con los cuales pudo recorrer calles, ciudades y charcos. da gracias entonces al uso normal o común que el ser humano le ha dado comúnmente. Incluso puede uno suponer que ese recorrer que culmina en "la casa tuya, tu calle y tu patio", no es otra cosa que una clara referencia a que ese caminar, que a los seres humanos le ha dado todo, incluso su propia humanidad, a ella le ha dado cansancio que finalmente culmina en desamor, desazón y suicidio.

La estrofa numero cuatro es quizás la más potente en términos de ironía, puesto que hace y lleva sus referencias, podría uno pensar, hacia atisbos de critica social. Parte no obstante con las gracias que ella da al corazón "que agita su marco". En este punto es difícil distinguir con claridad a qué se refería específicamente con la agitación del marco del corazón. En mi interpretación personal, el corazón necesariamente es asociado por la cultura popular al amor, o en su defecto al desamor. La agitación del marco puede por lo tanto entenderse de una forma particular que voy a sugerir a continuación. Si nos preguntamos, ¿cuál es el marco del corazón? La única respuesta con ciertos grados de coherencia es nuestro cuerpo, nuestro todo que efectivamente rodea y protege al corazón. Pero no debemos perder de vista que la acepción que hemos aceptado del corazón es de éste en términos de amor, y por lo pronto podemos terminar por sugerir que el corazón con sus amores y desamores (sobre todo los desamores, las desilusiones, las heridas y las cicatrices) agita, interviene, altera y condiciona al marco, que el resto de nuestra corporalidad. Si se quiere llevar un poco mas lejos aún, podremos comprender que es nuestra emocionalidad, nuestros sentimientos, los que condicionan el resto de nuestro cuerpo, que por decirlo así los sufre. Ni si quiera la mente es capaz de luchar con razón contra la sin razón que es fruto de los amoríos del corazón (emotividad). En seguida se leen tres frases que pueden sin problemas ser comprendidos en términos irónicos. "Cuando miro el fruto del cerebro humano"; ¿cuál es realmente el fruto del cerebro humano? Se pueden aquí tener dos interpretaciones opuestas, una es apolínea y seguramente se podrá relacionar con todo lo moralmente bueno y aceptable que ha ofrecido la sociedad y el ser humano en ella. Lo contrario sería preguntarnos, ¿cuál podría ser realmente el fruto del cerebro humano? Las respuestas son guerras, muertes, injusticias,... finalmente Mnemotécnica, educación y formación a punta de sangre y fuego. Algo similar ocurre con la frase "cuando miro al bueno tan lejos del malo", de la cual los optimistas podrán suponer una regla metafísica mediante la cual es bueno realmente se podría encontrar por encima del malo debido principalmente a un mandato celestial. La observación detenida, no obstante, debe arrojar que el bueno se mezcla con el malo, y que mucho más allá, el bueno es subyugado por el malo. Interesante es también apreciar esta frase a ojos de la propia Violeta, siendo ella la "buena" y estando perdida, subyugada, desilusionada y presa de los "malos". La ultima frase de este verso, está como en todos los anteriores dedicada a su amor/desamor con "cuando miro al  fondo de tus ojos claros".

El ultimo verso es diferente de los anteriores, a juicio mío, solamente por ser el último y como tal el término de la canción. Ella da gracias a la vida por haberle dado la risa y el llanto, y el colmo de la ironía es la frase que se lanza en seguida, ya que dada la risa y el llanto, se le es otorgada la capacidad de distinguir entre las dos, "entre dicha y entre quebranto". Luego reconoce que su canto esta formado por ello, por lo "bueno" por lo "malo". Los mas rescatable de esta estrofa es que aqui ya no hay referencias a su desamor, aquí se pareciera solamente deber a su gente y a su canto, que para ella son exactamente lo mismo. Ella al final se entrega a su gente y el canto de la gente, que es su propio canto.   



   

domingo, 2 de febrero de 2014

Gracias por nada (o gracias por lo obvio), Parte I

 Personalmente siento, que en ojos y mente de Violeta concebía la vida como una forma de dar, así su emotividad le fue exigiendo una entrega total. No es por su puesto una entrega a Chile, sino al arte en el contexto de una búsqueda de identidad perdida. Esta es claro una identidad colectiva, o quizás justamente el anhelo a causa de la ausencia de ella. Quizás tal como ocurre en la trilogía de Tolkien, en dónde Arwen se encuentra ligada al destino del anillo; si el mundo cae, ella cae con el mundo. Algo similar le parece haber sucedido a Violeta.

La canción “Gracias a la vida” está estructurada en X versos, no posee ningún tipo de coro, es repetitiva, quizás incluso algo monótona, y a la larga pareciera no transmitir demasiada alegría aunque si se podría decir que puede resultar relativamente apaciguante. Cada verso tiene cinco líneas en donde todas ellas comienzan con Gracias a la vida y cinco de ellos culminan con referencias a una persona específica, su gran amor-desamor Gilbert Fabres. Dichas culminaciones no parecieran ser aleatorias, más bien todo lo contrario, podría simbolizar justamente aquello que la podría salvar, lo único que le da esperanzas, pero que dadas las circunstancias, ya al momento de componer esta canción está decidido, o mejor dicho, terminado.

Veámos el resto de la canción, el mensaje en sí:

El primer verso trata de los ojos. Violeta da gracias a la vida por darle sus dos luceros, que cuando ella los usa, dice ella, puede distinguir contrastes (lo negro del blanco, algunos dirían una función básica de los ojos), puede ver el cielo y sus estrellas, pero nada menciona de ver realmente, quizás solamente se refiere a mirar (diferenciación que usa Carlos Castaneda). Pareciera aquí solamente destacar que puede ver (o mirar) a su amado.

El segundo verso habla del oído, al cual ella da gracias y sigue mencionando situaciones cotidianas, para algunos quizás algo obvias, donde destacan algunas que pueden ser consideradas “buenas” y otras “malas”. Entre las buenas tenemos el canario, el grillo y los chubascos, y las “malas” podrían ser los martillos, las turbinas y los ladridos. Nuevamente el verso culmina con el reconocimiento, al parecer sin ironía, a que lo que realmente escucha es a su bien amado.


A continuación, dado que ella dio gracias a la vida por poder oír, ahora agradece el hecho de que exista el sonido, una tremenda obviedad, ella nos indica que “el mundo suena”. No deja de mencionar el abecedario, mediante el cual operacionaliza el sonido (otra vez algo que podría ser considerado una obviedad). Agrega además que el abecedario que es cultura, y entrega (y quizás más que nada limita) en seguida una pista acerca del lenguaje ya que adquirir el lenguaje significa (para todos) poder pensar y declarar en y con palabra. 

(continuará...)

sábado, 25 de enero de 2014

Comentarios acerca de "Las últimas composiciones" de Violeta Parra

Hace ya un buen tiempo que me había querido dedicar por unos instantes a una lectura propia del último disco de la gran Violeta Parra, madre de la música latinoamericana. Es un disco cargado de mensajes que dan cuenta, por supuesto del gran estado depresivo en el cual Violeta se encontraba, pero de la misma manera da cuenta de su particular manera de ver el mundo, y que para nosotros debería ser considerado un tesoro puesto que nos da acceso a lo que pareciera ser la Violeta íntima.

Su último trabajo cuenta con una selección cuidadosa de temas por parte de Violeta y, es generalmente reconocido, que el propio título del mismo presagiaría el que sería su suicidio, que deja entre muchas otras consecuencias, que este disco, titulado "Las ultimas composiciones", sean realmente sus ultimas composiciones hechas por ella.

El disco parte con "Gracias a la vida" que es un tema cargado de ironía y sarcasmo, y sobre el cual nos vamos a detener para un análisis de mayor profundidad. Le sigue "El Albertío", presumiblemente con letra y canción referidas a quién la acompaña en este disco (y es quién pareciera acompañar a Violeta en su último año de vida), quién es Alberto Zapicán. Después "Cantores que reflexionan", que es una especie de exploración del rol genérico del cantor, y como tal también referido a ella misma en dicho rol. Este tema es seguido por "Pupila de Águila" que pareciera ser un zoom-in o si se quiere una profundización sobre el rol del cantor, o dicho en términos de la metáfora de "Pupila de Águila" una profundización sobre el sentir del que ve más allá de lo común, de aquel ser que no es uno mas de la masa, sino tal como Águila, el ser que mas y mejor ve en el reino animal (en dónde ese ver mas allá se convierte en su propia prisión). "Run run se fue pal norte" es conocido por estar dedicado al señor Fabres (amor maldito y nunca olvidado por Violeta), le sigue "Maldigo del alto cielo" tema que nos abre una ventana gigante al sentir real de Violeta en esta época. Se nos muestra una violeta que maldice (con todo el poder de la maldición, aquellos deseos mas funestos y oscuros hacia un otro, la maldición es algo que queda en el tiempo, que es muy dificil sino imposible de levantar) gran parte de su entorno, en dónde no obstante resaltan la maldición hacia el amor y el desamor, y la maldición que le tira a Chile, con su gente, sus araucarias, sus ministros y sus monaguillos. El lado A del presente disco culmina con "La cueca de los poetas" en dónde ella pareciera querer terminar el lado A con una referencia y una nota menos negativa, y rescata y homenajea a la larga y exitosa tradición poética de la cultura chilena, y de paso da una señal de paz hacia su hermano el gran Nicanor Parra.

El lado B del presente disco comienza con "Mazúrquica Modérnica" el manifiesto compromiso por parte de Violeta con lo social y lo popular en Chile, hace una clara y frontal crítica hacia la falsa identidad del país, de la clase política y la oligarquía. A continuación "Volver a los 17", no es solamente un oasis dentro de este torbellino de mensajes, es quizás su lado mas sereno y amable, aferrado a un sentimiento original de felicidad, de animalidad, de vivir el amor como un niño, sin crítica, sin pensamientos, sólo amor. Luego pasamos a "Rin del angelito" que es una obra compleja en sus significantes, puesto que se aproxima al hecho delicado como lo es la muerte de un bebé con los ojos de otra época, difícil de acceder para nosotros los pos-modernos, no obstante la aproximación de Violeta parece tierna. Le sigue "Una copla me ha cantado", cantado a dúo con Alberto, y cuenta de una copla que se le canta al sujeto de la canción una y otra vez, da cuenta de una relación de amor unilateral, o dicho de otro modo mas evidente es el desamor que se siente cuando se es arrollado por un otro que no siente lo mismo. A continuación viene "El Guillatún" que cuenta la historia de unos indígenas de origen Mapuche, que realizan esta ceremonia denominada Guillatún y que se traduce como ´acto de petición. La penúltima canción es "Pastelero a tus pasteles", que es una cueca que cuenta de la intención de Violeta de irse a Bolivia, no obstante este deseo pareciera la propia Violeta oponer a la dura realidad, y de tal manera el que se fue a Bolivia se fue a Bolivia, y la Violeta que se dedique a lo que realmente sabe hacer, arte; pastelero a tus pasteles. La ultima canción es un regalo divino de Violeta, una cueca donde ella se nos entrega en cuerpo y alma, reafirma su dolor del alma (no entiendo los amores del alma sola), reafirma su soledad y reafirma el amor que ha perdido y en el cual ella misma se ha perdido. Aqui se nos manifiesta que ella ha aceptado su dolor y que se entrega a él (comprende que te quiero de cuerpo entero).

Este es solo un sobrevuelo del disco, pretendo pronto entregar el análisis detallado, canción por canción. 



martes, 15 de octubre de 2013

El lobo y el búho

Parece que se nos va,
se aleja más y más,
del bosque a la ciudad,
a la casa del carnaval.

Observa y ya regresa,
al lugar de su origen,
y lo espera cual loco,
en su guarida.

Guarda para mí,
un lugar cerca del instinto,
lejos del fuego,
y del vino tino.

Mira y no ves,
muerde y no duele,
duele y no sangra,
se ve y no está ahí.

Cual lobo, cual búho,
con los ojos fijos ,
llorando ,
mordiendo.

Lloverá tres días más,
sin si quiera avisar,
plumaje y colmillos,
se hunden al llegar la ciudad.

Sangra,
llueve.

lunes, 19 de agosto de 2013

"(...)Un pescador me dijo, con mucho tino
que en los bares del puerto, está el destino (...)."

A. Parra

domingo, 21 de julio de 2013

Adelanto: Sueños negros de otoño



Decir, en este mundo hay ciertas cosas que no logramos entender, es una ingenuidad. Decir, en este mundo la mayoría de las cosas, las entendemos es una ignorancia. En efecto porque la diferencia real entre ingenuidad e ignorancia es mínima, o suele parecerlo cuando la contextualizamos en historias que se desarrollan en contextos poco comprensibles a pesar de aparecer con claridad ante nuestros ojos del alma. No solo son los contextos de estas historias las que nos hacen dudar de todo cuanto hemos vivido, y todo cuanto hemos aprendido, sino que son esencialmente las caras, los lugares y las situaciones las que dan vueltas en  nuestros recuerdos, y aparecen con tanta realidad, que la propia realidad a veces pareciera dejar de tener sentido. De algo así se trata esta historia.
            Ya mis ojos se habían cerrado, eso de los motivos es algo de menos, cada noche encontramos uno distinto, o incluso uno idéntico que sirve como un motivo nuevo. Da lo mismo, siempre se cierran. Lo hacen quizás a causa de todo el cansancio acumulado, y todo lo negro que se veía al comenzar, lentamente se transforma en colores y formas, en imágenes. Lo negro empezó a fluir con mil imágenes y se disolvió dentro de ese cuadro, y dentro de esa pared, así como dentro de esos pasillos, dentro de las vasijas y los muebles a la orilla del pasillo. Confluye con la luz, clara al principio, y ahora amarilla de tez oscurita, confluye en esas pequeñas flores de adornos en el tapete de la pared, y lo hace ver como si fuera más malo, o por lo menos como si su intención estuviera escondida, y como si te observara. Puertas de madera, no muy altas, no muy bajas, no muy adornadas, no muy pobres, justo para que quepa un susto, de esos que nos dan cuando somos chicos; y muchos de ellos vienen acompañados de temores y pesadillas varias. Porque, ¿quién de nosotros tiene solo un susto? Nuestras pesadillas multiplican nuestros sueños por miles, ya que por cada sueño que tenemos, los miedos y los temores son cientos, y cada uno de ellos, de esos que calan muy hondo, y sepa cada quien si más duele en los huesos o más en el corazón.
            En invierno los días son más oscuros. Es más difícil que un susto nos agarre en pleno verano, y si así lo hace, cosa que sin duda sucede (alguna vez hablaremos sin duda de las pesadillas de las noches de verano), el susto o la posibilidad de ignorarlo, o incluso la posibilidad de salir corriendo están mucho más a nuestro alcance. En invierno es distinto. Nuestros pasos se hacen más lentos, cada uno de ellos es más inseguro, el frió tiende a congelar los pensamientos, y la posibilidad de caer muerto repentinamente no es tan mala cuando pensamos que la otra opción es enfrentar nuestras pesadillas más profundas con plena lucidez. Una muerte en invierno se olvida, se tapa, se sufre. Pareciera ser que aquí la muerte en persona es la que nos comunica el fallecimiento de alguien; y por favor, seamos claros, mantengamos una mente clara, no es la parca negra la que vemos ante nosotros en su estúpido disfraz, sino que es el escalofrío en la piel, es la imposibilidad de mirar, de pensar, de movernos. Es un sentimiento y un miedo. No podríamos si quiera pensar o despedirnos, es algo que va más allá de nuestra comprensión, algo que al contacto inmoviliza. Igual que esta historia.
            El invierno cayó, tal como ya lo había hecho hace más de un año. Hace cerca de dos meses que hacía mucho frio. Los días se habían vuelto muy tristes, largos y oscuros, pero ya saben que nada puede realmente aplacar el ruido del flujo de la existencia. Es así como llegue aquí.
Afuera los árboles corren por su vida desde mi perspectiva móvil, quedándose en su lugar y no acompañándome a esta travesía que parecía ser parte de una rutina vil y perversa, pero eso no era ninguna novedad. La luces también prefieren el estilo luciérnaga y pasan así por la ventana, como bendiciendo su perspectiva móvil. Yo iba sentado atrás por elección propia, necesitaba ordenar mis pensamientos, o posicionarlos de forma estratégica, para que no salgan disparados, como tantas veces suele suceder. Adelante iban otros dos personajes de esta extraña vida. Dos de las personas que más conozco. Que a la vez pueden constituir una de las razones por las cuales aparentemente más hay que cuidarse. Porque, ¿cómo tenerles miedo a personas que no me conocen? Esas son las que más fáciles son de vencer, o de convencer. Más miedo deben dar aquellas que involuntariamente te han llegado a conocer quizás en las situaciones más extremas. Son ellas las que conocen tus debilidades. Es por esto que en realidad voy metido dentro de mí y es así también que mis oídos se han apagado, para solo escuchar lo que hablan mis miedos y algunos de mis sueños. Las piernas van pesadas, y mi espalda curvada e incrustada en el asiento. Con la cara y los ojos mirando hacia afuera, sigo observando las escapadas de luces y árboles así como la inquietante quietud, de los caminos.
¿El destino de este viaje? Un cliente. Así de simple. Es por eso que más aún se diluyen las razones de este viaje. Se pareciera perder en la negrura del ensueño esa razón por la cual yo y mi amigo estamos haciéndolo. Más aún en una noche tan oscura, en la cual lo mejor habría sido quedarnos en nuestras casas, a esperar que alguna golondrina anuncie el próximo verano. Sin embargo, las noches, y los días de invierno se nos aparecen como místicas e interminables. Largas, como solo algunos cabellos suelen ser. Es casi imposible escaparse, y saltar a un verano, o a una primavera. A estas alturas estaría conforme con un otoño cualquiera, que guarde la nostalgia de algún verano perdido en el olvido.

martes, 9 de julio de 2013

Roll the Dice

Lanzar los dados

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
De otro modo, no empieces siquiera.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
Tal vez suponga perder novias, esposas,
parientes, empleos y quizá la cabeza.


Ve hasta el final.
Tal vez suponga no comer 
durante 3 o 4 días.


Tal vez suponga helarte en el
banco de un parque.


Tal vez supongo la cárcel,
Tal vez suponga mofas, desdén,
aislamiento.

El aislamiento es la ventaja,
todo lo demás es un modo 
de poner a prueba tu resistencia, 
tus auténticas ganas de hacerlo.

Y lo harás a pesar del rechazo 
y las ínfimas probabilidades
y será mejor que cualquier otra cosa
que puedas imaginar.

Si vas a intentarlo, ve hasta el final.
No hay sensación parecida.

Estarás a solas con los
dioses y las noches arderán en
llamas.

Hazlo, hazlo, hazlo.

Hazlo.

Hasta el final.
Hasta el final.

Llevarás las riendas de la vida 
hasta la risa perfecta, 
es la única lucha digna que hay.
 
Charles Bukowski

viernes, 28 de junio de 2013

Leyendo a Friedrich Nietzsche



Para leer a Nietzsche existen probablemente tantas maneras de generar una aproximación como seres dispuestos a leerlo. Mi primer encuentro con la lectura del filósofo alemán se produjo vía La genealogía de la moral que me abrió una serie de interrogantes que principalmente hacen referencia a la crítica de la moral occidental cristiana que en este libro particular pareciera verse exacerbada. Tales cómo ¿qué significa que la compasión sea rechazada y acusada de resentida? ¿Cómo se ha recogido la genealogía que Nietzsche propone, por otros autores tales cómo Freud, Adorno, Foucault y Derrida entre muchos otros? Las conexiones comenzaban a develar nuevos horizontes y nuevas conexiones.
Mi segundo encuentro, aun impuesto y/o casual se dio en forma de una aproximación a Sobre verdad y mentira en sentido extra-moral, un texto breve que busca establecer y aproximarse a la categoría de verdad y se aproxima a la posibilidad de pensar la verdad y la mentira en un sentido extra o fuera de la moral. Quizás una aproximación interesante al en sí de algunas cosas. El contraste fue generado unas semanas después con la lectura de Humano, demasiado Humano II, un libro escrito de principio a fin en aforismos, muchos de los cuales abarcan un espectro amplio de la filosofía, la mayoría de ellas orientadas a enrielar estudios de la moral (recordemos que La genealogía de la moral es el gran libro de estudios de la moral en el cual desembocan sus antecesores Humano, demasiado humano I, Humano, demasiado humano II y Aurora).
El tercer encuentro fue ya producto de la contradicción que se había producido en mi mente a causa de lo complejo de las diferentes sub-temáticas tratadas. Fue entonces cuando creí que era tiempo de buscar respuestas en Así habló Zarathustra. Un libro escrito con parangones poéticos, repleto de metáforas que parecieran apuntar desde otro ángulo a objetivos similares a los de La genealogía de la moral. De hecho se ha especulado que aquí Nietzsche usa dos formas, dos métodos completamente diferentes para apuntar a un trasfondo similar; la decadencia y el resentimiento de los valores morales en el devenir del mundo.
No obstante todos los acercamientos hasta ese momento, el más importante fue aquél que me llevó a los comienzos del filósofo, a la época del joven Nietzsche. La obra angular del joven Nietzsche es sin ninguna duda El nacimiento de la tragedia, que en su origen llevaba el título de El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música. Existen dos elementos que hay que considerar en relación con este texto. La primera es que existía aun en estos años una estrecha relación entre Wagner y Nietzsche. Richard Wagner y Friedrich Nietzsche se irán a distanciar personal e ideológicamente a partir del momento en el cual Wagner pareciera abrazar a apolo, a San Pedro y a la Iglesia, y por sobre todo a la creencia en la metafísica resentida; Nietzsche recorre el camino opuesto. Esto hace que podamos vernos confrontados con ideas que parecen extrañas si las contrastamos con el Nietzsche en mediana edad o más aun con el Nietzsche tardío. Lo segundo que habría que señalar en este punto es que aquí surge un parámetro en forma de contraposición que Nietzsche irá a extrapolar posteriormente a otros ámbitos morales. Germina aquí un rescate de la contraposición presocrática entre Apolo y Dionisio, destacando así la búsqueda de un resurgimiento de lo que representa el Dios griego Dionisio en el espíritu de la música, el teatro y el arte. Apolo era gloria, ideal y luz. Dionisio en cambio era caos, instinto y oscuridad. Esta especie de arquetipo pareciera reproducirse y expandirse a ámbitos insospechados: la memoria y el olvido, humanidad y animalidad, cultura y civilización, la compasión y la donación, la moral de los nobles y la moral del esclavo entre muchos otros.
Lo que sigue es conocido, las consideraciones intempestivas, La gaya ciencia, Ecce Homo y El anticristo. Bajo mi mirada leyendo a Nietzsche comienza con El nacimiento de la tragedia en el espíritu de la música porque facilita el entendimiento de la evolución de su pensamiento filosófico-moral, que él mismo experimentó, en la vida que lo llevó a nuestra estantería y a la locura.