Parte I
Sigamos con nuestro acercamiento a este disco. Acordémonos que éste es su último disco, que compone con la ayuda de Alberto Zapicán. Es sabido que Alberto fue la persona externa a su familia que mas cerca estuvo de Violeta en sus dos últimos años de vida, y que incluso la habría salvado en sus variados intentos por quitarse la vida. La real cercanía nos parece vedada, y en esta canción veremos destellos diversos que se pueden interpretar, tal como lo persigue la poesía, de infinitas maneras.
Por ello esto es solamente mi particular visión de la canción, considerando el marco que he pretendido darle mediante los artículos anteriores. Esta canción juega con alusiones al amor en general, y a sus amores en particular. Se identifican a lo largo de las estrofas la relatora, que es Violeta sola en el canto (a pesar que la canción se llama "el Albertío" en referencia a Alberto Z.) y dos personas que son referidas por la misma, a saber, una ex pareja, y una actual (que puede ser ubicada en el espacio entre amigo íntimo hasta pareja) que sería Alberto.
La canción comienza con referencias que hace Violeta a ciertas personas que efectivamente aparentan mucho (sombreros con tanta cinta) pero que parecieran ser huecas, vacías, o bien "no tienen cabeza". Quizás la siguiente estrofa es una manera de mostrar un contrapeso con la critica que ella lanza en la primera, por que la respuesta a la pregunta que ella misma plantea aquí ("¿Adónde va el buey que no are?") es al matadero o a la faena. Por lo tanto es la necesidad de aparentar lo que ella reconoce. En la tercera estrofa ella describe el mismo fenómeno ahora resumido, parafraseado algo así cómo que efectivamente en este mundo vale más ser limpio de sentimientos, y dado esto hay muchas personas que aparentan estar limpios pero "¡Dios me libre! ...por dentro". La cuarta estrofa pareciera en mi particular visión estar refiriéndose a su antiguo amor que es para nosotros desconocido. "Yo te di mi corazón, devuélvemelo (...)" que vos no lo merecíai; algo por el estilo. Luego se nos aparece otro elemento que vamos a ver reiterado varias veces, y este es el hecho de que Violeta de alguna manera esta describiendo (explícita- e implícitamente y por antonomasia) virtudes de la pareja (o el hombre) ideal referidos a este específico ámbito: "Hay que medir el silencio, hay que medir las palabras, sin quedarse ni pasarse (...)" de la raya.
La siguiente estrofa es algo controvertida y se ofrecen dos tesis las cuales no distan mucho una de la otra, la diferencia radica en que en una de ellas Peiro es Pedro Messone y en la otra solamente una referencia a San Pedro (dada la posterior referencia al cielo). Si la segunda fuera cierta no quitaría el hecho de que esta parte de la cancion tiene sin lugar a dudas una referencia hacia un tipo de pareja/hombre/ex de Violeta.
"Yo suspiro por un Peiro (...)" hace referencia al nombre Pedro, que en Chile se le denomina(ba) Peiro y este sería nadie mas que Pedro Messone, quien bajo acusaciones sin fundamento o prueba habría sido una pareja de Violeta en algún momento. Bajo esta lógica Pedro sería el desconocido antiguo amor que hace referencia esta canción como una especie de anti-modelo de pareja (o hombre). Bajo esta lógica, esta persona que es falsa como vimos en las anteriores estrofas, promete a su pareja todo el cielo ya que le entrega la llave de todo lo celestial. Lo negativo sigue, ya que Violeta nos indica que esta llave, la cual le es entregada no tiene cerradura, por lo tanto es una apariencia de llave, y el cielo prometido es solamente ilusión (habla desde la des-ilusión) y por lo tanto el amor antiguo referido aquí es falso porque solamente aparenta. Cabe agregar que Violeta, muy incisiva nos indica que la llave que le es entregada por el tal Peiro (por quién ella suspira) no es la llave del cielo, si no del tacho de la basura.