martes, 16 de abril de 2013

Extracto de "La noción de compasión en la crítica de la moral de Nietzsche": Compasión y donación en “Así habló Zaratustra”

( Comienzo segundo capítulo)

Es muy difícil hablar de esta obra en términos generales. Una aproximación planificada nos podrá ayudar a encontrar puntos específicos que nos permitan desentrañar las conclusiones filosóficas y genealógicas (correspondientes a nuestro estudio) que se desprenden de las formas peculiares que tiene Nietzsche de presentar su pensamiento. No obstante, considerando que para el pensador alemán incluso “cada palabra es un prejuicio” (DCS 55), será difícil, sino imposible, evitar caer en generalizaciones.

            Como deberemos recordar, el primer capítulo ofreció una mirada sobre la compasión que de manera inicial apunta a desglosar la crítica de la compasión cristiana sobre todo en “La genealogía de la moral”; pero en su desarrollo final se aprecian argumentos que parecieran apuntar hacia una especie de entendimiento amplio del concepto de compasión. Este entendimiento, se considera de carácter amplio, debido a que logra integrar la compasión en tanto que expresión de un amor supuestamente honesto en una competencia agonal con los estudios genealógicos que desnudan un tipo de compasión deshonesto, instrumental y trasfondo de una forma mala de amor a sí mismo (Z I, “Prójimo”). Ahora, intentando comprender, nos debemos formular primero la pregunta, ¿de qué manera se podría manifestar en Nietzsche esa otra cara de la compasión? E incluso ¿hasta qué punto, las lecturas que se pueden hacer de ese tipo de inclinación hacia el otro, son extrapolables a la donación, la amistad o el instinto no-egoísta? Más aun, será imposible para nosotros esquivar el asunto que en el trasfondo pareciera como más importante. Aquí se está sugiriendo que cabría hacerse la pregunta si ¿acaso tanto en su crítica a la compasión de la moral de los filisteos, como en sus propuestas de la compasión y la donación presentes en “Así habló Zaratustra” entre otros, se podría apreciar una voluntad de transvalorar, o aportar a una transvaloración de todos los valores [Umwertung aller Werte]? Dicho de otra manera, se podría pensar que Nietzsche mediante su crítica a la compasión cristiana, intenta cambiar el sentido impregnado al término, y poner de manifiesto una compasión que excede a la noción cristiana, y tal compasión es propuesta aquí bajo la lectura de la compasión en tanto que amor.

            La compasión aparece en su acepción alemana [Mitleid] más de cincuenta veces mencionado en “Así habló Zaratustra” (bastante más). Solamente de este hecho se válida la suposición de que la compasión como concepto de estudio adquiere una importancia especial. Pero antes de poder tratar con el discurso mencionado de “Así habló Zaratustra”, debemos establecer ciertos criterios, a modo de lineamiento general, que de esta manera deberán inducir a una interpretación plausible del apartado mencionado, y así del rol de la compasión en lo que se considera una de sus obras principales.
En el presente punto queremos hacer hincapié en algunos asuntos específicos que nos ayudarán a comprender de mejor manera el rol de la compasión en esta obra. Cabe destacar aquí, que el proceso que llevaremos adelante, no se corresponde con una selección arbitraria o al azar de las temáticas por parte del autor. Al contrario, la intención es sostener la argumentación en opiniones autorizadas, en tanto que hayan formulado avances en la temática aquí propuesta. En este sentido, no solamente basta con proponer la lectura de un autor que haya analizado “Así habló Zaratustra”, sino debe necesariamente también efectuar un acercamiento hacia el terreno moral de la compasión y la piedad. Georges Goedert es uno de los pocos investigadores que ha dedicado una obra extensa al exclusivo tema de la compasión en Nietzsche. De manera correcta, a mi entender, Goedert entiende que el debate o la disputa [die Ausseinandersetzung][1] que sostiene Nietzsche a lo largo de prácticamente toda su obra con la noción de la compasión, tiene su origen en su relación con Schopenhauer.[2] En la tesis fundamental del libro encontramos un intento por documentar la superación de la compasión y de Schopenhauer por parte de Nietzsche. Al indagar específicamente acerca de la compasión en “Así habló Zaratustra”, Goedert señala:
En Zaratustra, Nietzsche guiará la comprensión global de su obra primeriza, hacia su propio sufrimiento. Por eso se da, entonces, la representación del mundo como obra de un Dios sufrido y agónico (…). No obstante, con su escritura se adelantaba a su presente. Si es que todos los “trasmundos”, están respaldados en “penalidad” y “tormento”, inclusive los de “El nacimiento de la tragedia”, y si Zaratustra, el sufrido, para superarse llevara sus cenizas primero a la montaña para inventarse una llama más brillante, a modo tal que el “fantasma” —es decir Dios— se desvaneciese, entonces podría, por su parte, la postura afirmativa hacia el sufrimiento, hacia lo contradictorio y conflictivo, en resumen hacia lo trágico, que atraviesa todo el libro, contemplarse en el autor como una superación-de-si-mismo, parecido por lo demás a aquello que representa su obra “Así habló Zaratustra”. [3]
La compasión es puesta aquí en un plano que para nosotros debería resultar relativamente nuevo. El término, y aún más, el constante estudio del mismo, es remontado aquí por Goedert a una dimensión personal para con el autor. A modo de una buena comprensión del párrafo citado, debemos entender que el autor acepta la relación de equivalencias que se puede sostener entre Zaratustra y el propio Nietzsche.[4] Más aún, Goedert sostiene que las equivalencias tienen como finalidad última, una profundización del pensamiento trágico. Por tales motivos, Nietzsche, quién también es considerado por Goedert, al igual que Zaratustra, como el sufrido, o el atormentado; para superarse, y crecer por encima de sí mismo [Über-sich-Hinauswachsen][5] debe llevar sus propias cenizas a la montaña, y así inventarse una llama más brillante que produzca el desvanecimiento de ese fantasma, de ese Dios. Solamente de esta manera, (vale decir en la afirmación del propio ocaso, en el deseo del ocaso de su compasión schopenhaueriana, que se ve reflejado en la vida y obra del profeta Zaratustra) puede salir a la luz la nueva llama, más brillante; tal vez como la compasión en tanto que amor honesto, “voluntad de poder” o el “eterno retorno”.
(...)


[1]Die  Auseinandersetzung;  compuesto por Auseinander- que quiere decir separado o aparte, y -setzung que tiene origen en el sustantivo Satz, que en este sentido debe ser comprendido como movimiento o frase.
[2] Goedert, Nietzsche der Überwinder. Apartado 1, 2 y 3.
[3] Ibíd. 33. Dado que no existe traducción al español de dicho texto, he considerado oportuno ofrecer una traducción del mismo. El texto original dice: “Im Zaratustra führt Nietzsche die Gasamtkonzeption seines Erstlingswerkes auf eigenes Leiden zurück. Daher also die Darstellung der Welt als des Werkes eines leidenden und zerquälten Gottes (…). Mit seiner Schrift war er aber bereits seinem damaligen Zustand voraus. Falls nämlich alle “Hinterwelten” zurückzuführen sind auf “Leiden” und “Unvermögen”, inklusiv die der Geburt der Tragödie und Zarathustra sich, den Leidenden, erst überwinden, seine Asche zu Berge tragen und sich eine hellere Flamme erfinden musste, damit das “Gespenst” — also der Gott — von ihm wich, dann darf ihrerseits die bejahende Haltung zum Leiden, zum Gegensätzlichen und Konfliktuellen, kurz zum Tragischen, die das ganze Buch durchzieht, bereits als ein über-sich-Hinauswachsen beim Autor selbst angesehen werden, ahnlich demjenigen übrigens, das sein Werk Also sprach Zaratustra darstellt.“
[4] Ibíd.
[5] Ibíd.
 

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